“Nébula” es una obra para video con audio embedded creado, en su parte visual, a partir de una suite de imágenes digitales creadas y animadas por el autor. En su parte sonora, se trata de una pieza creada a partir de sonidos electrónicos procedentes de diferentes sintetizadores, más las grabaciones de la voz del propio autor, sometidas a diferentes procesos de edición digital.
Pedro Linde, Enero de 2022
«Nébula» is a work for video with Audio Embedded created, in your visual part, from a suite of digital images created and animated by the author. In its sound part, it is a piece created from electronic sounds from different synthesizers, plus the voice recordings of the author’s own voice, subjected to different digital editing processes.
Rayuela 68 es una obra basada en el audio de la lectura que el propio Julio Cortázar hiciera de este capítulo de su novela. En su formato sonoro, se trata del propio audio de Cortázar mas la estructura musical con la que dialoga, creada a partir del uso de diferentes sintetizadores. En su formato audiovisual, la pieza musical está acompañada por imágenes de diferentes fuentes compuestas a modo de collage.
Se ha respetado el texto íntegro, pero trastocando el orden original de las frases por otro nacido de una de las permutaciones azarosas a las que fue sometido, con el objeto de potenciar sus posibilidades polisémicas, y siguiendo uno de los recursos más apreciados de la técnica cortazariana, consitente en su propuesta, explícita en Rayuela, de poder leer el texto en diferentes combinaciones de capítulos.
Esta apertura de sentido por permutación del orden resulta amplificada en el caso del capítulo que nos ocupa, por la propia naturaleza del texto, consistente en el uso de un vocabulario de términos inventados por el autor, que sin embargo, se articulan de manera lógica en la estructura sintáctica del idioma. El uso de dichos términos inventados destruyen por una parte la interpretación unívoca de su sentido, poniendo en manos de la imaginación del receptor las infinitas posibilidades semánticas que cada cual puede imaginar en función del poder de sugerencia del texto, de las sutiles analogías que cada cual puede establecer en función de sus experiencias personales, etc. , eso si, dentro del contexto semántico de carácter erótico que emana del propio texto.
La parte sonora hace un uso abundante de deslizamientos de frecuencia, en consonancia con la labilidad del texto, así como de múltiples recursos de color sonoro, también relacionados con la riqueza de colores fonéticos con los que está configurado el texto. Las sorpresas sonoras en la articulación formal están relacionadas a su vez, con la sorpresa y el asombro que producen determinadas combinaciones textuales en el fluir de este torrencial, vitriólico, volcánico e hiperbarroco discurso, preñado en su ambiguo sentido, de tantas sugerencias como receptores tenga la obra.
Rondó roto se abre con un diálogo de motivos sencillos que se van alternando en el piano, a modo de preguntas, sobre una base electrónica que sugiere un paisaje sonoro acidulado. Tras escucharse una especie de llamada en tonos agudos, empieza a latir una percusión grave como los pulsos de un corazón, sobre los que emerge una masa de voces fantasmagóricas que entonan una letanía que se envuelve en las brumas de su niebla metafísica (el humo del “Fumeux fume”) . Una marea sonora de una labilidad deletérea que va derramando sus cromosomas cromáticos por un abismo del tiempo que conecta las delicuescencias experimentales del Ars Subtilior con el tiempo presente y sus futuras resonancias en el laberinto del tiempo.
Vuelve el piano en su 2ª intervención, ahora con un carácter más meditabundo, en repetitiva secuencia rítmica y minimalista sucesión armónica, sobre un fondo de cristal sonoro molido, con sugerencias metafóricas de un cosmos resonante donde la presencia humana representada por el piano se pierde en su insignificancia ontológica. Un interludio reflexivo que vuelve a dejar paso a la fantasmática amalgama de voces góticas transfiguradas de la sección vocal que representa el estribillo de la pieza.
Regresa, por último, la presencia del piano en su tercera intervención, primero en forma de obsesiva repetición rítmico-armónica que recuerda su segunda intervención, y por último, mutando en una especie de progresión ascendente que representa la dirección de una voluntad, una voluntad anhelante que sube la temperatura emocional del canto pianístico como si con ello pudiera alcanzar la cima de alguna respuesta. Los cuatro acordes finales, en perfecta soledad, suenan a otras tantas campanadas que sólo encuentran el sentido, o el abandono resignado de su búsqueda, en el recogimiento del lugar más apartado de la intimidad.
Pedro Linde, Octubre de 2020
Rondo roto opens with a dialogue of simple motifs that alternate on the piano, like questions, on an electronic basis that suggests an acidulous soundscape. After hearing a kind of high-pitched call, a low percussion begins to beat like the pulses of a heart, over which a mass of phantasmagoric voices emerge, singing a litany that is enveloped in the mists of its metaphysical fog (the «Fumeux fume»). A sound tide of deleterious lability that spills its chromatic chromosomes through an abyss of time that connects the experimental deliquescences of the Ars Subtilior with the present time and its future resonances in the labyrinth of time. The piano returns in its 2nd intervention, now with a more meditative character, in a repetitive rhythmic sequence and minimalist harmonic succession, on a background of ground sound glass, with metaphorical suggestions of a resonant cosmos where the human presence represented by the piano is lost in its ontological insignificance. A reflective interlude that once again gives way to the ghostly amalgam of transfigured Gothic voices of the vocal section that represents the chorus of the piece. Finally, the presence of the piano returns in its third intervention, first in the form of an obsessive rhythmic-harmonic repetition that recalls its second intervention, and finally, mutating in a kind of ascending progression that represents the direction of a will, a will. yearning that raises the emotional temperature of piano singing as if it could reach the peak of some response. The final four chords, in perfect solitude, sound like so many bells that only find meaning, or the resigned abandonment of their search, in the seclusion of the most remote place of privacy.
«Lizard king poems» es una obra realizada con medios electroacústicos basada en la grabación histórica que Jim Morrison realizó a partir de una selección de sus poemas, en Los Angeles / Febrero del 69. La obra tiene una duración de 38 minutos, y está articulada en 10 secciones. El presente video es el segundo de una serie de teasers que anticipan la presentación de la obra completa.
Las imágenes son de archivo, y fueron tomadas el mismo año del recital poético (1969), en el contexto de la misión espacial del Apollo 10.
Pedro Linde, Abril 2020.
«Lizard king poems» is an electroacoustic work based on the historical recording that Jim Morrison made from a selection of his poems, in Los Angeles / February 69. The work lasts 38 minutes, and is articulated in 10 sections. This video is the second in a series of teasers that they anticipate the presentation of the complete work.
The images are from the archive, and were taken the same year of the poetic recital (1969), in the context of the Apollo 10 space mission.