Parodia musical en un acto del espectro de la crisis. Acidulado jugo sonoro que describe sónicamente el absurdo y el esperpento sociopolítico y cultural en el que nos hallamos inmersos. La música está creada a partir, exclusivamente, de diversos medios electrónicos. La parte visual está hecha de retazos fotográficos manipulados digitalmente del panel lateral derecho de “El jardín de las delicias”, el que representa el infierno, de El Bosco y de algunos retazos de las grotescas mascaradas del artista expresionista belga James Ensor.